domingo, 21 de junio de 2009

¿EL APRENDIZAJE ES ALGO TAN TRIVIAL QUE SE PUEDE OBSERVAR Y MEDIR CON BASE EN UNAS SIMPLES PREGUNTAS A PROPÓSITO DE UNOS CONTENIDOS CUALESQUIERA?

Estuve reflexionando un poco acerca de la pregunta antes de leer el texto de Vargas y realmente no encontré cómo podría medir el aprendizaje. Se podría medir tal vez la forma en que un estudiante repite un concepto que memorizó, si lo hizo con exactitud o no, pero el aprendizaje es algo más complejo que el contenido, pues el estudiante puede decir “la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma” que es una de las más simples leyes que enuncia la complejidad del universo pero el estudiante al repetirla no quiere decir que la entendió o la aprendió. Después con la lectura me di cuenta que mi hipótesis se fundamentaba completamente. Ahora, mi respuesta es que no existe un aprendizaje tan simple que se pueda observar o medir utilizando simples preguntas sobre los contenidos.
De la misma forma que un estudiante que ya sabe sumar por ejemplo, y el docente no lo sabe, al hacer un examen se da cuenta que ya sabe sumar y el docente pensará erróneamente que le enseñó a sumar al estudiante. ¿Pero en realidad el estudiante aprendió? Tal vez si, pero no puede ser medido su aprendizaje con preguntas sobre la suma.
Aún en el ejemplo anterior el estudiante posiblemente no aprendió a sumar en la clase actual pero eso no quiere decir que no aprendió nada, muy posiblemente aprendió cosas nuevas sobre la suma y desarrollo más sus competencias y aprendizajes, que no pueden medirse con el simple registro de datos o de un examen con contenidos específicos.
Otra reflexión mía gira al respecto de las emociones, sentimientos y humanidad propia del alumno. Si nosotros somos capaces de recordar situaciones donde fuimos emocionalmente requeridos, es posible que el aprendizaje con emoción, con interés, será más efectivo para ser utilizado y recordado a lo largo de la vida y estoy plenamente de acuerdo que no debemos formar seres humanos para desempeñar únicamente un trabajo en forma eficiente, sino para formar seres humanos integrales, que vivan una vida plena y que puedan emanciparse de sus problemas, que generen un mundo más acorde con la humanidad misma y que a su vez tengan una vida productiva con un pleno desarrollo de sus potencialidades.
Nuestra labor entonces deberá ser basada más en para que desarrollamos competencias y el tipo de competencias, de lo contrario estaremos formando personas capaces de ser productivas a costa de su propia humanidad, personas solo útiles a las empresas que los contratarán como se contrata una máquina y la verdad eso suena muy deprimente.
Un punto importante de recalcar es que si bien es cierto que el aprendizaje se lleva a cabo dentro de la persona y que el docente solo puede ser mediador o facilitador, también es cierto que el contacto con las demás personas favorece el aprendizaje y aprehendizaje, así como el desarrollo de competencias, por lo que es necesario implementar más actividades basadas en la acción y en el aprendizaje colaborativo, endeñarnos y enseñar a nuestros estudiantes el trabajo en equipo y que tomen conciencia y control sobre su aprendizaje y formación como seres humanos, que tomen las riendas de su propia formación.
Otro punto importante que quiero compartir es el hecho de que yo sabía que los mejores aprendizajes se dan en los albores de la vida, antes de los 8-10 años y que después era difícil aprender y entre más edad ese aprendizaje se torna difícil. Eso me preocupaba y decía para mis adentros, entonces ¿cómo aprender a mi edad si ya no se puede? Ahora me doy cuenta que aprender es un constante modificar nuestras competencias, nuestros conocimientos, actitudes, valores, en fin nuestra humanidad completa y que cuando el docente y el estudiante se encuentran en el aula, ambos aprenden con y sin h, pues tanto el maestro aprende del o con el estudiante y se le ocurren nuevas estrategias para lograr su cometido, así el estudiante interesado aprende de o con el docente, pero siempre más en formas más eficientes cuando el interés por el conocimiento se despierta.
También es cierto que para que un docente exista se necesita un estudiante y yo defino a un estudiante como una persona con interés por estudiar y un docente una persona con interés por aprender junto con el alumno, pues no es posible obtener interés de donde no existe. La labor del docente entonces debe estar centrada en avivar ese interés del alumno con respuestas y estrategias correctas y no con actividades que maten el poco que exista, así puede ser que el estudiante aprenda a pesar de tener un maestro. Este punto es medular y es la piedra angular en nuestra aula de clase, ¿cómo mantener el interés por aprender?
Gracias por leer estos comentarios basados en las lecturas de la semana y en la interesante y controvertida pregunta que al principio me pareció trivial y de la que pude sacar una gran gama de reflexiones, algunas que expreso y otras que seguiré rumiando en mi mente, asimismo invito a los lectores a expresar algunos comentarios (sobre todo los que van en otro sentido de los míos para enriquecer estas reflexiones), comentarios que agradeceré infinitamente.
Alejandro V. Vieyra Quijada
Grupo 130